El pasado día 19 estuve en las instalaciones del Centro Astronómico Hispano-Alemán (CAHA), más conocido como Observatorio de Calar Alto, situado a 2168 m de altura en la Sierra de Filabres, en la provincia de Almería.
Este centro fue fundado en 1973 mediante un acuerdo entre Alemania y España, en el que nuestro país, a tenor de su aportación, solo podía acceder a un 10% del tiempo de observación. Estas condiciones fueron revisadas en 2005, y el uso del observatorio se repartió por igual, el 50% para los astrónomos de ambos países, quedando la parte española a cargo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (Granada) y la parte alemana a cargo del Max-Planck-Institut für Astronomie (Heidelberg).
Este complejo astronómico dispone de tres telescopios principales de 3,5 m, 2,2 m y 1,23 m, siendo el telescopio de 3,5 m el instrumento más grande de sus características de la Europa continental. Además dos centros externos a CAHA tienen allí instalados sus telescopios, uno de 1,52 m perteneciente al Observatorio Astronómico Nacional, y un observatorio robótico operado por el Centro de Astrobiología (CAB).
Cúpula del observatorio de 3,5 m
Arriba, abajo: Dos vistas del telescopio de 3,5 m
tante tiempo de ello. En esta ocasión visité de nuevo la enorme cúpula y el telescopio de 3,5 m, pero mi objetivo era realizar una observación visual en el instrumento de 1,23 m. Esta actividad ha estado encuadrada dentro del programa de las III Jornadas Andaluzas de Astronomía, organizadas por la Red Andaluza de Astronomía (RAdA).
La noche en cuestión no tenía las mejores condiciones posibles (¿Murphy?), las nubes iban y venían y la estabilidad atmosférica (seeing) no era ni mucho menos ideal, pero era lo que había. Un detalle que me sorprendió favorablemente era la plataforma, que en realidad es el suelo de la cúpula de observación, que podía ser controlada para subir y bajar a voluntad, facilitando el acceso al foco del ocular del telescopio. Este, a pesar de ser el más pequeño de todo el complejo de Calar Alto, es enorme, su imponente mole se acentúa durante la noche cuando su silueta se recorta contra la ventana de la cúpula y el cielo estrellado.
Pude observar varios objetos, entre otros, algún cúmulo estelar y varias nebulosas y galaxias. En comparación con los telescopios amateur, de diámetro inferior, las cualidades de lo que por el se puede ver difiere sustancialmente. De entrada, su gran diámetro proporciona mucha más luminosidad, con lo que el fondo de cielo es mucho más brillante, esto disminuye apreciablemente el contraste de las imágenes a las que estoy acostumbrado. Por otro lado, esta mayor superficie de objetivo, es muy sensible al seeing, lo que requiere cierta paciencia para esperar esos momentos, en los que la atmosfera permite que se habrá una ventana de estabilidad que proporcione una imagen aceptable, en mi caso esta circunstancia se dio con la Galaxia del Sombrero (M 104).
Arriba, abajo: El telescopio de 1,23 m por la tarde, antes de comenzar la observación
Un detalle que comparten todos los observatorios de este complejo astronómico, es el gran tamaño de sus cúpulas. En la actualidad estas se diseñan muy compactas, procurando que su tamaño este muy ajustado al telescopio que albergan, con ello minimizan los efectos negativos de la aclimatación térmica del observatorio respecto de las condiciones exteriores. Este hecho no era tenido en cuenta en la época en la que se construyo este complejo, aunque desde un punto de vista puramente estético, esto hace que estos observatorios tengan una apariencia imponente, asemejándose a autenticas catedrales celestes, templos desde donde viajar por el espacio y el tiempo.
La gran cúpula del observatorio que alberga el telescopio de 3,5 m
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Fotografías: A. Porcel
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Un reportaje muy interesante Aniceto. Pensaba que en este tipo de telescopios, aunque sean opticos, no se realizaban observaciones visuales, es decir que no ponias el ojo sobre el ocular ¡que envidia!
Bueno Antonio, es como dices, pero en esta coasión el telescopio no tenia acoplado ningún instrumental, con lo que fue posible mirar con el ojo, una bonita experiencia.